sábado, 6 de enero de 2018

Camino a Marte: una roadmovie espacial (o la peli que todos hubieramos querido escribir)

por ANDREI MALDONADO

Dos chicas, un auto, una carretera, un destino, la playa, un huracán, un último sueño y un extraterrestre llamado Mark que acabará con la humanidad. Todos estos ingredientes para crear una road movie única: Camino a Marte.

Pocas veces en Cinéfagos nos hemos entregado a escribir sobre el hit del momento. Especialmente su servidor deja que pase el tiempo, que se asienten las historias y cobren ellas mismas la relevancia suficiente. Este año he sido consentido con muy buena películas en las salas comerciales (Alien Covenant, Blade Runner 2049) que me ha sido imposible postergar escribir sobre ellas. Una de ellas es Camino a Marte, por mucho la mejor apuesta cinematográfica de manufactura mexicana que me tocó ver este año en pantalla grande.

De verdad uno como espectador agradece apuestas tan sencillas y disparatadas pero bien contadas, redonda en toda su expresión, con un diseño fino de personajes, una fotografía muy ad dhoc con la música, actuaciones soberbias y un final que… bueno, eso no lo diré, únicamente les diré que el espectador sale amando como nunca a Tessa Ia y a Camila Sodi, queriendo tener la suerte de Luis Gerardo Méndez de tratar con semejantes actrices.

El roadtrip bajacaliforniano comienza con Emilia, quien se encuentra en fase terminal de su enfermedad. Violeta decide llevarla hasta su playa favorita sin saber que en el camino se toparán con Mark, un hombre que afirma venir de otro mundo. El disparatado planteamiento va tomando forma conforme avanza la película en la cual se abordan distintos temas como la amistad, el amor, la vida, las decisiones y la muerte, todo sobriamente narrado y con coherencia.

Humberto Hinojosa consigue lo que en sus anteriores filmes (Paraíso Perdido, I Hate love) quedó, a mi parecer, a deber: una historia que no perdiera el hilo conforme el clímax nos llevaba a un desenlace incierto, pero necesario. Este tipo de ofertas en la pantalla nacional no solo son necesarias, sino fundamentales. Este año varios proyectos mexicanos alcanzaron ese estándar (Verónica, Vuelven) y uno como público en verdad lo agradece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario